¿Te has planteado alguna vez convertirte en el jardinero de tu vida?
Parece raro que te haga esta pregunta pero a lo largo de este artículo, te voy a contar la importancia que tiene ser un excelente jardinero para conseguir aquello que deseas en tu vida.
Empiezo por el principio. Tu futuro lo estás sembrando hoy y depende de lo que hoy siembres, es lo que cosecharás mañana.
Por lo tanto, si deseas una vida tranquila, tienes que sembrar semillas de tranquilidad. Si quieres abundancia, tienes que plantar semillas de abundancia.
Esto que parece tan obvio, se complica bastante cuando hay que llevarlo a la práctica y te estarás preguntando por qué.
Cómo convertirte en un buen jardinero
Primero decirte que nos dejamos gobernar y dirigir por nuestro Ego. Esa parte nuestra que, continuamente, nos dice lo que tenemos o no que hacer, lo que tenemos o no que pensar. Lo dejamos campar a sus anchas. Le hacemos caso y nos dejamos llevar por nuestros miedos, heridas y creencias limitantes entre muchas otras.
Puede que quieras paz en tu vida, pero es posible que todos los días te dejas llevar por pensamientos de odio o de rabia hacia alguna persona o situación que ahora mismo habita tu existencia.
Por lo tanto, si lo que quieres es vivir en paz, apaga todos tus pensamientos y emociones de antipatía, de enfado y de disputa que tienes albergados en tu ser y cámbialos por amor, perdón, compasión y aceptación
Si quieres abundancia en tu vida, deja de sentirte una víctima y pobre. Empieza a verte como el director de tu vida, el responsable de hacerte feliz. Siéntete una persona solvente, capaz de pagar tus deudas y tus gastos sin problemas. Siente dicha porque llega a ti todos los recursos que necesitas para vivir una vida plena y desahogada.
Empieza hoy mismo a sembrar bonito tu jardín

Si empiezas hoy a sembrar esas semillas, aunque ahora no te sientas abundante, estarás cambiando conexiones neuronales en tu cerebro que te ayudarán a tener un sentimiento de agradecimiento para atraer más cosas buenas en tu vida.
Se que ahora mismo estarás pensando que eso no es posible porque tu situación es muy complicada. Y seguro que puedes darme muchos motivos de peso para que yo pueda ver tus dificultades. Pero se trata de hacer algo distinto en tu vida para que logres resultados diferentes.
Así que te invito a que lo pruebes. Sólo puedes decirme que estoy equivocada si lo pones en práctica y no funciona. Y aún así te diría que revisaras todos tus pensamientos y emociones porque seguro que hay alguno escondido que está bloqueando tu progreso.
También tengo que ser realista contigo. Esto es un proceso largo y laborioso que va a depender de tu grado de compromiso, de perseverancia y de paciencia. Porque sí, vas a tener que armarte de mucha paciencia.
Te cuento cual ha sido mi proceso
Hace ya unos años, me di cuenta que mi vida no estaba yendo por el camino que a mi me gustaría. Me sentía atrapada y atascada en las mismas situaciones y con las mismas personas.
Me sentía sin libertad para hacer lo que yo quería. Además me di cuenta que mi falta de amor propio me estaba ocasionando el sentirme pobre (en muchos aspectos de mi vida), incompleta y no suficiente. Igual te está resonando, ¿verdad?
En esos momentos, empecé a buscar soluciones. Qué podía hacer yo para poder cambiar mi vida, ya que no me gustaba mucho. Y empecé a ver y escuchar muchos vídeos y audios donde se me mostraban formas de transformar mi vida. Había demasiada información. Me abrumaba muchísimo. Pero recuerdo a alguien de los que escuché que dijo algo que hizo que mi mente empezara a dar vueltas literalmente.
La clave de mi cambio
Las palabras que cambiaron mi vida fueron “sitiar tu mente”. Concretamente, significa cercar tu mente para intentar apoderarse de ella y que se rinda a tu voluntad.
Ciertamente tenía claro que mi voluntad era un cambio de línea de vida. Así que me puse manos a la obra para “sitiar” mi mente y no dejar que entraran pensamientos y emociones perjudiciales para mis objetivos.
Al princio reconozco que fue duro. Incluso tiré la toalla en muchas ocasiones porque cambiar mi mente y sembrar semillas buenas, significaba ir en contra de lo que yo había construido hasta el momento. Tenía que desaprender y dejar de ser yo para convertirme en otra persona y a mi ego eso no le gustaba nada porque estaba perdiendo su soberanía.
Pero me fijé el firme propósito de cambiar mi vida y convertirme en la co-creadora de mi realidad.
El plan era ir aplicando aquello que aprendía en mi vida y darle tiempo a que funcionara. Y cuando digo tiempo, es tiempo. No un par de días, o una semana o un mes. A veces, incluso puede tardar mucho más tiempo en ver resultados. Pero aquí entra en juego tu paciencia y tu confianza en que puedes cambiar.
Al comienzo me costaba. Pero ahora se ha convertido en un hábito. Y cada vez que más lo practico, más rápido veo los resultados. Ésto es el resultado de llevar tiempo “sembrando semillas buenas” que están alineadas con lo que quiero conseguir.
Ahora te toca a ti

Te invito a que tú también empieces a sembrar semillas buenas en el jardín de tu vida para que puedas cosechar las cosas bonitas que quieres en tu vida.
Y si de momento te sientes muy perdido o perdida, puedes contar con mi ayuda. Tengo un programa de transformación interior que, literalmente, te enseñaré cómo hacerlo. Te acompañaré durante un tiempo para hacerte el camino más luminoso. En este enlace encontrarás más información y cómo contratarlo.
Espero haber aportado un poquito de luz a tu vida. Te deseo lo mejor Alma bonita!!

Deja una respuesta